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sábado, 7 de marzo de 2015

EL TIEMPO EN LA HISTORIA (1): EL DESEMBARCO EN NORMANDÍA


La sorpresa del desembarco en Normandía para los alemanes tuvo mucho que ver con la forma de decidir una acción militar en función de una predicción meteorológica












   Seguramente la predicción meteorológica más importante de la Historia (con la excepción de la del Diluvio Universal) fue la realizada para los días 5 y 6 de junio de 1944, fechas prevista y real respectivamente del desembarco de los aliados en Normandía durante la Segunda Guerra Mundial.

  Un grupo de predictores meteorológicos discutieron acaloradamente y votaron......y dieron en el clavo en una época en la que estaba muy poco desarrollada la técnica predictiva y por supuesto se carecía de cualquier cosa parecida a modelos u ordenadores. 
 
   La invasión de Francia se había planeado para el 5 de junio de 1944. El Estado Mayor, con Eisenhower a la cabeza, había determinado que se necesitaría Luna llena, marea baja, poca nubosidad, vientos débiles y escaso oleaje. La marea baja era que se pudieran desarmar los obstáculos minados instalados. Había marea baja con luna llena el 5,6 y 7 de junio y si no habría que esperar a la siguiente marea baja el 19 y 20.
 
   En cuanto al tiempo meteorológico, los meses de junio en la zona del Canal no son tan borrascosos como los del período invernal evidentemente. Las altas presiones de Azores suelen emigrar hacia el norte y las bajas que contornean Islandia hacerse menos profundas. Cuando eso ocurre el tiempo puede ser bastante agradable allí. Pero eso no ocurrió aquel año, de modo que las borrascas circulaban desde el Atlántico Norte hacia el Canal de la Mancha.
 
   Para la invasión se habían movilizado cientos de barcos y su sincronización para transportar tres millones de soldados evidentemente tenía que ser un difícil ejercicio de precisión. Los primeros barcos partieron el 28 de Mayo desde Escocia hacia el sur. La Armada incluía lanchas de desembarco, tanques Sherman preparados para flotar y material diverso. Además se habían construido diques flotantes para instalar puertos artificiales ya que los puertos naturales estaban ocupados y fortificados por los alemanes. 
 
   El militar responsable de la meteorología era el Capitán James Martin Stagg, escocés, que informó que sus tres equipos de meteorólogos habían alcanzado un acuerdo después de una dura discusión telefónica: el tiempo para el 5 de junio sería malo o muy malo. Se esperaban vientos fuerza 5 en la escala de Beaufort. 5 no es gran cosa, una brisa fuerte pero no un temporal, pero suficiente para levantar olas que podrían causar problemas a los barcos y lanchas en su operación. Lo peor eran los cielos cubiertos y las nubes con sus bases a sólo 500 pies (unos 170 metros) del suelo, haciendo imposible el lanzamiento de paracaidistas y el apoyo aéreo, que era fundamental para atacar las defensas enemigas.
 

Mapa del tiempo observado del 5 de junio de 1944
   En consecuencia las tropas se quedaron embarcadas esperando y la operación se dejó en suspenso. El silencio de radio impuso las señalización con banderas o luces: "Post Mike One". Quedaba en el campo de los tres equipos de meteorólogos la decisión de si el tiempo mejoraría en los próximos días o nó.
 
   Lógicamente, el interés era grande en los Estados Mayores (los del pasado y los del presente) en conocer con un adelante de una semana las condiciones meteorológicas. De los tres grupos, el de los americanos era el más voluntarista en cuanto a las posibilidades de acierto. Su método era hacer analogías con situaciones parecidas del pasado. De acuerdo a este método predijeron que el 5 de junio sería de buen tiempo y fallaron.
 
   Los dos grupos británicos, un de la Armada y el otro del Meteorological Office tenían más dudas sobre el 5 y el 6 de junio. Para el 5 de junio la opinión británica prevaleció. Usaron métodos desarrollados por la Escuela de Bergen (Noruega) recogiendo datos de temperatura, presión y humedad de estaciones en tierra, mar y aire. Incluso, gracias a que habían decodificado las claves alemanas, datos de sus submarinos enviados a Zentralwetterdienstgruppe, los famosos U-boot que merodeaban los convoyes en el Atlántico Norte.

   Estos datos se ploteaban en un mapa, indentificándose las típicas estructuras borrascosas o anticiclónicas con sus trentes fríos y cálidos, y las bajadas o subidas de presión en torno a las bajas o altas presiones. También se presuponían sus movimientos. Cuando pasaba una baja, cabía esperar mal tiempo mientras que si pasaba una dorsal de alta presión se suponía que le acompañaría buenas condiciones. Evidentemente los márgenes de incertidumbre en cualquier caso eran grandes.

    La máxima esperanza de los británicos era la predicción a 24 o 48 horas. Pero ya para el 3 de junio eran pesimistas en cuanto al 5 ya que se observaba un sistema ciclónico que daría mal tiempo para este día seguido por otro para el 6. Enfín,  algo parecido a un tren ciclónico. Esta reticencia, que a punto estuvo de dar al trase con la invasión del 6, generó críticas del americano Krick después de los acontecimientos por supuesto.
   No obstante, Petterssen, un meteorólogo noruego del equipo británico contó una historia más meteorológica. Los ingleses efectivamente eran pesimistas sobre el 4 de junio cuando se iba viendo lo acertado de sus predicciones. No obstante, un barco meteorológico instalado a unos mil kilómetros al oeste de Irlanda del Norte empezó a registrar un aumento de la presión barométrica. Con tan escueta información se pensó que podría haber alguna "brecha" de buen tiempo entre la sucesión de borrascas.

   El Met Office votó NO para junio del 6 aún, pero el equipo de la Armada y de los americanos propusieron ese día. La tarde del 4, el capitán Stagg se reunió con los comandantes aliados en un día ventoso y de fuerte lluvia. Le dijo a Eisenhower que el tiempo mejoraría y que esperaban vientos de 3 a 4, con algunos momentos de 5 y que el cielo tendría cierta nubosidad pero con la base de nubes suficientemente altas.

 


 
 
 
    En la siguiente reunión a las 0430 de junio del 5 las altas presiones se consolidaban. A las 0900 de ese día los convoyes partían con vientos de 5. No obstante a primeras horas del dia 6 los aviones que arrastraban planeadores y portaban paracaidistas se encontraron con inesperados bancos de nubes en Francia, cayendo muchos en lugares equivocados.
 
   Al final del día, bajo un cielo de nubes y claros, 15ºC y viento de 4, los aliados estaban asentados en las playas. Los alemanes se quedaron sorprendidos. Sabían que el 5, 6 y 7 eran los únicos días con luna llena y baja marea. Pero contra lo que se suele contar, el fallo no era producto de una mala predicción. El responsable, capitán Heinz Lettau, vió la misma secuencia de bajas que sus colegas enemigos. Puede que no distinguiera la ligera mejoría entre frentes pero no obstante predijo fuerza 4. Lo que pasó es que no se consideraba como posible por parte de los alemanes que con ese valor los aliados siguieran adelante.
 
   En cualquier caso, la predicción para el día D no se puede decir que tuviera forma probabilista. Habría quien diría que las probabilidades eran del 66%, ya que las decisiones se votaban y dos de los tres equipos pensaron que la fuerza sería 4. Más bien se puede considerar que dada la importancia decisiva de la predicción en el éxito de la empresa sólo podía tener un carácter determinista, tal como ocurre en realidad en muchas de las que se realizan habitualmente a corto plazo.
 
   Además era consensuada entre varios equipos de meteorólogos pero es evidente que su conclusión no podía ser ambigua. Al final el usuario, en este caso el Estado Mayor aliado, necesitaba una predicción lo más cercana a la realidad, no la más timorata. El éxito coronó un buen trabajo profesional.
 
FUENTES
WIKIPEDIA
https://medium.com/history-and-politics/the-weather-on-d-day-85ea0491a14f

 



 

4 comentarios:

  1. Has hecho una buena síntesis,Alejandro. La II Guerra Mundial también se desarrolló en el frente meteorológico y en éste los aliados siempre tuvieron ventaja(aunque sea sólo por el hecho de que la circulación general va de oeste a este).Los alemanes quisieron suplir estas deficiencias con sus submarinos y una estación meteorológica que emitía los datos por radio llamada Kurt(http://www.lasegundaguerra.com/viewtopic.php?f=80&t=8850)
    Hoy día,con modelos de predicción con un grado de fiabilidad casi excelente a 72 horas vista,me asombra lo bien que les salió la jugada a Stagg y compañía...el frente pasó y quedó noroeste,eso sí,con algo de fuerza...y no me enrollo más.La II Guerra Mundial también se libró en el plano meteorológico en el sentido de que se convirtió en una lucha para ver quién tenía los mejores datos y los mejores medios.Saludos.

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    1. No son más que unos apuntes con información de gente que se lo ha currado. No obstante a mi también me sorprende lo correcto de las predicciones de ambos bandos. Con los datos de estaciones en barcos y submarinos en el Atlántico podían tener un buen análisis de superficie con sus borrascas y frentes. Luego lo proyectaban hacia adelante en el tiempo con métodos sencillos y manuales, y el resultado, partiendo ya digo de un buen análisis, no tenía porqué ser malo. No hace tanto los meteorólogos trabajaban así.
      Un saludo

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  2. Por favor, ¿que sucedió ayer en los cielos de Madrid? y ¿por qué el frente que entraba quedo disuelto?.
    un cordial saludo.

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    1. Nada extraño. Un frente muy débil que sólo deja nubosidad alta. Parece avecinarse un cambio de tiempo con una tendencia a días más lluviosos, por lo menos en alguna parte de España. Un saludo

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