Del libro "Arte de navegar" de Pedro de Medina, publicado en 1545. Observando detenidamente los pequeños barcos se distingue la trayectoria que se solía describir en los viajes trasatlánticos desde España
Un hito en el comienzo de la historia moderna es el del aprovechamiento de las corrientes mas o menos permanentes de viento, asociadas a determinadas latitudes y estaciones del año, para el descubrimiento, la comunicación entre lugares lejanos por medio de barcos de vela, así como para los intercambios comerciales.
Este hecho, que se puede considerar la primera globalización, estimula todos los acontecimientos históricos que van determinando la Historia Moderna desde el siglo XV hasta el XIX. Los descubrimientos más trascendentes son el de las corrientes anticiclónicas en atlántico, tanto la correspondiente al hemisferio norte como el sur a lo largo del siglo XV, y la del Pacífico Norte que se consigue ya mediado el XVI. En ambos hitos hay protagonismo ibérico.
Este proceso se desarrolla a lo largo de dos siglos y se puede dividir en varias etapas:
El descubrimiento, navegación y conquista del llamado "Mediterráneo atlántico" durante la primera mitad aproximadamente del siglo XV, mar contenido entre Azores, Madeira y Canarias, por parte de marinos peninsulares, italianos y franceses.
Sobrepasar hacia el sur el cabo Bojador o del Miedo, puerta del mar tenebroso, y poder volver. En 1434 el portugués Gil Eanes lo consigue y vuelve internándose mar adentro perdiendo la vista de la costa: la volta. Hasta entonces lo habitual era navegar valiéndose de las referencias de la costa, que estaban cuidadosamente anotadas en los mapas de la época, los portulanos.
Por su parte Castilla, que tenía vetado ese camino por el tratado de Alcacovas-Toledo (1480), se instala en Canarias. Cristobal Colón que vivió durante años en la isla de Porto Santo en Madeira y que estaba al servicio de los reyes de Castilla, dirige su famoso viaje bajando a la latitud de los alisios y navegando hacia el oeste. Es posible que tuviera ciertas nociones de la relativa cercanía de tierra, seguramente a través de algún marinero que volvió tras ser arrastrado su barco hacia América (teoría del nauta desconocido). Para su vuelta sube un poco en latitud pero, como cuenta su hijo Hernando en su Historia del Almirante, años después: "...zarpó de la isla de Guadalupe. Con vientos escasos y muchas calmas, continuó su camino siguiendo aproximadamente el paralelo de los 22 grados, según los vientos se lo permitían, dado que entonces no se tenía la experiencia de hoy de subir bien al norte para encontrar los vientos de vendaval (oestes)".
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La ruta del primer viaje de Colón, según el meteorólogo D. Alberto Linés Escardo, aprovechando la circulación anticiclónica |
Vasco de Gama llega a la India y en 1522 Elcano realiza la primera circunnavegación de la Tierra. Uno de los principales objetivos de ambos países es el de alcanzar las islas de la Especiería, el Moluco (en la actual Indonesia). Allí se confrontan ambos intereses, aunque legalmente, dado que estaba más alla del antimeridiano de Tordesillas, le correspondían a Portugal según el Tratado de ese nombre. También se descubre la difícil comunicación marítima entre el Pacífico y el Atlántico. En 1488 Bartolome Dias dobla el cabo de Buena Esperanza, Los barcos debían en 1498 circunavegar Africa para llegar al Indico y volver por el mismo camino.
Los españoles, que dominan toda la costa americana del Pacífico, se asientan en Filipinas para situarse en el comercio de Oriente, especialmente con China. Los territorios americanos del Pacífico se comunican por tierra, confluyendo todo el comercio en el Caribe, de donde partían las flotas de Indias en convoy.
Como resultado de todo éste proceso, que transcurrió básicamente en el tiempo de siglo y medio, la navegación de altura, aprovechando el sistema general de vientos, se convirtió en rutina. En especial se aprovechó la gran constancia de los vientos alisios de las zonas subtropicales, que llamaban brisas, y que los ingleses denominaron vientos del comercio, así como el sistema de monzones. Menos claramente aparecían los vientos de latitudes medias, que llamaban vendavales, ya que eran bastante menos regulares, oscilando mucho con las estaciones.
Quedaba por encontrar una ruta que conectara el Pacífico Occidental, de fundamental interés comercial, con América cerrando el circuito de forma más o menos razonable. Tras varios intentos fallidos, Felipe II encargó a Andrés de Urdaneta la búsqueda de esa ruta. Urdaneta había formado parte de la expedición de García de Loaysa y había defendido durante años los intereses de España en el Moluco. Estaba retirado como fraile agustino en Méjico. La expedición partió de Acapulco en 1564 al mando de Miguel López de Legazpi, llegando a Filipinas. De allí parte Urdaneta subiendo en latitud hasta los 42ºN y alcanzando Acapulco en junio de 1565. Como testimonio de su conocimiento de los sistemas de viento de la zona están sus palabras:
"Y a esta caussa hemos de partir de alla de manera que quando entraren los tienpos prosperos, nos tomen mas aca, si pudieremos, de las Yslas de los Ladrones, y no que esperemos en los puertos de las Yslas Filipinas a los tienpos prosperos, que son los bendabales, avnque hagamos esta primera nabegaçion a fuerça de braços, por que si no hazemos asi podria ser que nos acaesçiese lo que a los passados..." (De la navegación que se ha de hacer, carta al virrey Velasco)
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El Tornaviaje o ruta de retorno desde Filipinas a Nueva España que cerraba los circuitos de navegación globales y convertiría al Pacífico en un "lago" español durante dos siglos
La ruta que cierra la navegación global queda cerrada. Desde 1590 hasta 1815, todos los años, al menos un gran barco llevaba mercaderías (especias, porcelana china, ...) desde Filipinas hasta Méjico, cambiándose por plata de Nueva España que seguía el camino contrario: el galeón de Manila. Como anécdota de la seguridad de esa ruta, alejada del alcance de la potencias enemigas, cabe decir que se usaban los cañones como lastre.
El padre José de Acosta reflejaba en su obra "Historia natural y moral de las Indias" escrita en 1590:
"Y es la razón, la que se ha dicho, que dentro de los trópicos reinan siempre vientos de oriente, y son buenos para ir de España a Indias occidentales, porque es ir de oriente a poniente. Fuera de los trópicos, que son en veinte y tres grados, hállanse vendavales, y tanto más ciertos, cuanto se sube a más altura; y son buenos para volver de Indias, porque son vientos de mediodía y poniente, y sirven para volver a oriente y norte. El mismo discurso pasa en las navegaciones que se hacen por el mar del sur, navegando de la Nueva España, o el Perú a las Filipinas, o a la China, y volviendo de las Filipinas o China a la Nueva España. Porque a la ida, como es navegar de oriente a poniente, es fácil; y cerca de la línea se halla siempre viento a popa, que es brisa".
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Es alucinante lo que hizo aquella gente. Y en la misma línea, hay que honrar también a Juan Fernández, que acortó la navegación de Callao a Valparaíso, de seis meses a uno. http://es.wikipedia.org/wiki/Juan_Fern%C3%A1ndez_%28marino%29
ResponderEliminarLa misma idea, del giro del anticiclón. Con el añadido de la corriente de Humboldt, que tenían en contra si iban por la costa.