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viernes, 14 de noviembre de 2025

¿Cambio de patrones meteorológicos para este invierno 2025-2026?

 Las previsiones apuntan a un comienzo de invierno meteorológico con un vórtice polar debilitado


A mediados de noviembre, el enfriamiento por radiación en el Hemisferio Norte suele alcanzar valores que causan finalmente el establecimiento de las condiciones sinópticas propias de la estación invernal. De esta forma comienza las posibilidades de que se produzcan entradas frías por descolgamiento de masas de aire polares o cercanas a los polos. Como es sabido estas disrupciones están favorecidas por los calentamientos de los vórtices polares estratosféricos. 

Por cierto, los tres anteriores inviernos (2022 a 2024) se han caracterizado por temperaturas muy suaves en nuestro país coincidente, como veremos, con un vórtice polar estratosférico con ninguna o débiles rupturas. La variabilidad climática al final está determinada por múltiples factores, de forma que se producen intentos de interpretación y correlación adecuados para dilucidar los fenómenos, y que tengan funciones predictivas. 

Los vórtices polares estratosféricos se general en los respectivos inviernos de ambas zonas polares, en niveles (de 7 a 45 km de altitud) por encima de los fenómenos meteorológicos de superficie, pero influyen en los mismos. No todos los inviernos, sino unas 6 veces por década, se produce un evento de calentamiento que produce una drástica disminución del viento que fluye de oeste a este o, incluso, un cambio en su dirección. Esto tiene una potente influencia en el tiempo meteorológico de buena parte de las latitudes medias y altas. Para empezar debilita las corrientes en chorro de forma que el contenido air frio dentro de el tiende a expandirse invadiendo las latitudes medias de forma un tanto aleatoria.

Las ondas largas atmosféricas solo pueden viajar en vientos que soplen de oeste a este. Esa es la dirección en la que vuelan los vientos estratosféricos en la mayor parte de los polos y las medias latitudes en invierno. Pero más al sur entra en juego la Oscilación Quasi-bienal (QBO).

La QBO tiene un ciclo de aproximadamente 2 años. El ciclo alterna la dirección del viento del este al oeste de la estratosfera tropical. Si sopla del oeste, permite ondas en la estratosfera en las regiones subtropicales o si es del este los fuerza a romper cerca del polo. Esto explica porqué hay vientos del vórtice polar más débiles y mayores probabilidades de repentinos calentamientos estratrosféricos durante la fase este que en la oeste. En este momento estamos en una fase de la QBO del este, lo que favorece esa debilidad. No obstante la fase de La Niña en la que estamos es menos favorecedora  que la fase de El Niño.




A propósito del calentamiento global, no se ha encontrado un patrón que relacione este fenómenos con el mismo, como pasa con todos los relacionados con la variabilidad climática. Además los modelos climáticos no son capaces de predecir una tendencia. En cualquier caso los modelos meteorológicos para la segunda quincena de noviembre insisten en predecir una situación de debilitamiento del vórtice. Abajo en el gráfico de la NASA se observa rodeado en rojo la evolución prevista en los próximos día. Además se ve que el invierno pasado se caracterizó por un un vórtice con vientos del oeste muy por encima de la media, salvo el mes de marzo. 



Algo parecido ocurrió en los anteriores noviembres, con vientos zonales (del oeste) medios por encima de lo normal al nivel de los 10 hPa. Sospechosamente tras la explosión del Hunga Tonga (enero 2022) que emitió grandes cantidades de vapor de agua a la estratosfera. 


De forma que los noviembres de 2022, 2023 y 2024 fueron muy suaves con predominio de flujo de componente oeste o suroeste sobre España:



En la evolución 1961-2024 de la temperatura de noviembre en la Península se observan tres períodos: de 1961 a 1980, 1981-2021, y los tres últimos, claramente anómalos:


En cualquier caso la previsión para los próximos días es que se decelere hasta casi a cero el viento zonal medio de la corriente estratosférica del vórtice. Las consecuencias la sufrirán determinadas zonas del Hemisferio Norte, con descuelgue de masas de aire polares. Parece que en principio Europa Occidental, incluído el norte de España puede ser una de esas zonas.


En conclusión y viendo la predicción de la evolución del vórtice estratosférico polar para lo que queda de año, parece que el comienzo del invierno meteorológico tendrá unos patrones distintos a los anteriores, con situaciones de norte que no se han visto en los tres años anteriores. 



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