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sábado, 2 de septiembre de 2023

AGUJERO DE OZONO COMO RESULTADO DE LA VARIABILIDAD NATURAL

 El efecto del volcán Hunga Tonga sobre el agujero de ozono demuestra que la naturaleza juega las principales cartas en los eventos atmosféricos


El 15 de enero de 2022 la erupción del volcán Hunga Tonga inyectó en la atmósfera grandes cantidades de vapor de agua, excediendo tanto en magnitud como altitud (llegando a alcanzar la mesosfera) medidas anteriores (sólo 20 años). Pasarán varios años para que se disipe tal cantidad de vapor de agua. Parece que esta circunstancia está afectando al clima directamente por el calentamiento radiativo inducido por la presencia de agua, el principal gas de invernadero.

Otro efecto, ya previsto en el artículo de Luis Millán (y otros) “The Hunga Tonga-Hunga Ha'apai Hydration of the Stratosphere”, es el de la afectación del ozono estratosférico por la presencia del vapor de agua. Al descomponerse por la radiación en iones hidróxilo que tienen la capacidad de reaccionar con el ozono destruyéndolo. https://agupubs.onlinelibrary.wiley.com/doi/10.1029/2022GL099381

El ozono se forma en la estratosfera tropical emigrando hacia ambos polos. De forma que esa destrucción haría más intenso la formación del llamado agujero de ozono del polo sur que se genera por estas fechas. También habría un efecto positivo ya que reacciona con el metano destruyéndolo, disminuyendo su ciclo de vida. Recordemos que el metano es otro gas invernadero en aumento.

El agujero de ozono sobre el polo sur se comienza a formar por estas fechas alcanzando su climax entre setiembre y octubre. Es el caso porque, como comunica Copernicus, el monitoreo de las primeras etapas del mismo ha detectado un temprano desarrollo que parece estar relacionado con la anteriormente explicada emisión de vapor de agua volcánica. Habrá que ver si se cumplen los pronósticos y hay un agujero de mayores dimensiones.

https://atmosphere.copernicus.eu/antarctic-ozone-hole-starts-amid-questions-about-impact-hunga-tonga-eruption





Viene todo esto a cuento de que, tras el alarmismo sobre el tema que se desarrolló durante los años ochenta y la firma del Protocolo de Montreal para la eliminación de los gases industriales supuestamente culpables del problema, se presumía una lenta recuperación de la capa de ozono hasta pasada la mitad del siglo XXI. Durante el principio del siglo presente se venía observando una imprevista recuperación que hacía sospechar que el asunto era más complejo realmente y que la variabilidad natural jugaba un papel. Pero tanto los años 2020 y 2021 como el 2022 (ya con el posible efecto del volcán en este caso) se detectaron niveles bajos de concentración de ozono en el polo sur. De confirmarse la influencia de esa variabilidad natural habría que reescribir la teoría. 

https://ozonewatch.gsfc.nasa.gov/meteorology/ozone_2023_MERRA2_SH.html











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