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martes, 13 de julio de 2021

CAMINO DE LOS RÉCORDS DE TEMPERATURA

 Los climatistas no deben de perder la esperanza: los sistemas de observación generarán nuevos récords de temperatura, aunque no tengan nada que ver con el calentamiento global

En 3 entradas del blog (Olas de calor y termómetros desaforados 1, 2 y 3) ya he comentado prolijamente algunos de los importantes matices que hay que sopesar para valorar la medida científica de las temperaturas ambientes de uso climático. Aunque parece otra cosa, la medición precisa de la temperatura del aire no es algo obvio y pequeños cambios en las condiciones de observación suponen importantes diferencias.

El ambiente climatista afirmacionista se vio muy animado hace días por los valores desmesurados de la temperatura alcanzado en un área relativamente limitada de Canadá y Estados Unidos. Incluso se acuñó el ominoso término "domo de calor" para una situación natural de compresión del aire por el descenso de masas de aire unido a un efecto catatabático de montaña. El observatorio de Lytton, rodeado de montañas como se ve en la foto, se convirtió en una referencia esos días. Obsérvese el uso de una pequeña garita para acoger el sensor de temperatura.




Hasta hace unos 10 años las medidas se efectuaban en todo el mundo en condiciones parecidas a las de la imagen de abajo. Una gran garita (llamada de Stevenson) de madera acogía a diversos instrumentos, entre ellos termómetros de columna seco, húmedo, máxima y mínima. Stevenson, su diseñador, fue el padre del novelista. Antes hubo otros diseños pero este se impuso al principio del siglo XX por lo que en su tamaño grande tuvo mucho recorrido.


Este diseño necesitaba mucha atención de personal, el trabajo propio del Observador de no hace tantos años. Pero comenzando en los años ochenta hubo una serie de transformaciones técnicas que favorecieron el uso de otros sensores, instrumentos y garitas, pudiendo automatizarse y digitalizarse casi todas las observaciones. También se podía disminuir el tamaño de las garitas. También existen otros diseños aún más recogidos. Durante años se ha ido sustituyendo la medida de las temperaturas con el sensor moderno. En España eso fue ocurriendo básicamente desde los años noventa.

En cuanto a la medida de temperatura ambiente el cambio de un sistema a otro, con la ventaja evidente de dimensiones, se puede ver en la comparativa siguiente:



La diferencia básica entre los termómetros antiguos de columna y los sensores modernos (de resistencia) consiste en una mayor inercia de los primeros en los cambios de temperatura por lo que, aunque la precisión instrumental de la medida de ambos es aceptable, tiende a favorecer que el sensor moderno estime mayores los extremos, tanto los de máxima como los de mínima. La media no sufre mucho por eso pero en condiciones tan cálidas como las del verano de buena parte de España las diferencias entre un sensor y otro en los extremos puede ser de varias décimas. 

En el trabajo presentado en el International Journal of Climatology de 2015 Impact of two different size Stevenson screens on air temperature measured de Buisan et al. se pudo comprobar de forma precisa la naturaleza del sesgo de las actuales garitas. Calamocha desde luego no es el observatorio más cálido de España por lo que cabe sospechar que en los climas mas calurosos del sur de España, especialmente en verano, los sesgos pueden ser espectaculares. En este caso se llegó a detectar un sesgo en la máxima de verano (julio) de hasta 1,7ºC. Hay que tener en cuenta que Calamocha tiene unas temperaturas media de las máximas de julio de 31ºC. ¿Qué pasaría si se hiciera en observatorios con valores 3,4 o 5 grados más?

En España se han ido sustituyendo las antiguas y potentes garitas grandes por otras pequeñas desde hace unos 10 o 15 años. Con estos cambios de método de observación es fácil que bajo estas condiciones en muchos observatorios donde no haya habido ya máximas de récord recientemente se alcancen valores de unos 2,5ºC superiores a los registrados antiguamente. 

En Montoro hoy, 13 de julio, hace 4 años se batió el récord de temperatura con 47,3ºC. En este caso, como en todos,  además de la combinación de garita pequeña y sensor moderno hay que tener en cuenta la naturaleza del entorno y el estado de conservación de la garita. Una garita ennegrecida, como es el caso, y rodeada de materiales y terrenos que actúan como acumuladores de calor (asfalto y edificios) seguro que contribuyó al resultado. Capítulo aparte merece en muchos casos el hecho de que los observatorios de mas larga trayectoria hayan quedado contaminados por los efectos de isla térmica urbana.



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