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martes, 19 de noviembre de 2024

40 AÑOS DEL SISTEMA NACIONAL DE PREDICCIÓN

 Tras las inundaciones de la presa de Tous (1982) y del País Vasco (1983) se impulsó el desarrollo moderno de la predicción en España


El 13 de noviembre de 1970, el ciclón Bhola devastó Pakistán Oriental (actual Bangla Desh) y el estado indio de Bengala Occidental. Con cientos de miles de muertes, se considera el ciclón tropical más mortífero que ha existido y unas de las mayores crisis humanitarias de la era moderna. 

En esa fecha hace 54 años ya había imágenes de satélite que podía monitorear el movimiento de los grandes sistemas de tiempo. Abajo menos la imagen del ITOS1. Ya entonces se pudo haber evitado tal catástrofe casi bíblica, pero ya sea debido a los roces políticos con la India por parte de Pakistán, o la no puesta en práctica de las recomendaciones, años antes, de un famoso experto norteamericano, las víctimas se ahogaron sin remisión por la marejada ciclónica sobre un terreno especialmente llano y bajo. La recomendación consistía en construir en las zonas expuestas montículos artificiales donde refugiarse. Algo elemental, barato y factible.



https://www.newspapers.com/article/the-lowell-sun-many-pakistan-flood-victi/2956402/

Como ya señalé en el anterior artículo

https://meteorologosenlaniebla.blogspot.com/2024/11/mas-inundaciones-en-el-mediterraneo.html

en España a partir de 1957, y tras años de sequía, se sucedieron una serie de fenómenos torrenciales que dejó marcada huella. Aquí una muestra extraída de las efemérides recopiladas por AEMET:

13 de octubre 1957: doble riada del Turia en Valencia, entre 80 y 300 muertos.

25 de setiembre  de1962: mas de 800 muertos por la avenida súbita de los ríos Besós y Llobregat. 250 l/m2 en Martorelles y 240 en Corbera de Llobregat.

dia 4 de octubre1969: Graves inundaciones en la provincia de Málaga por el desbordamiento del rio Yeguas. Caen 410 l/m2 en Sierra Yeguas, 304 l/m2 en Teba y 210 l/m2 en Campillos.

22 de setiembre 1971 Inundaciones en Barcelona con 19 muertos. 

19 de octubre de 1973: 600 l/m2 en Zúrgena (Almería) y otros 600 en Albuñol (Granada).

En estas fechas las tecnologías relacionadas con la meteorología no eran capaces de prever o monitorizar los fenómenos más adversos propios de nuestro país. En general, no eran de escala sinóptica sino que abarcaban entre unos kilómetros, como las tormentas severas, a 100 o 200 kilómetros, como las líneas de turbonada o los sistemas de mesoescala asociados a las bajas aisladas.

Así llegamos a los años 80. La sucesión de dos catástrofes meteorológicas, la riada de Valencia el 20 de octubre de 1982, que produjo la rotura de la presa de Tous y más de 30 muertes, y las inundaciones por lluvias torrenciales en Vizcaya el 26 de agosto de 1983 que dejó 47 fallecidos, generó una reacción política para promover la prevención de estos eventos. 

La existencia de satélites, el progreso de los modelos de predicción meteorológica y, en general, una tecnología que permitía dar un gran salto en ese sentido estaba desarrollada y tan solo con una importante inversión se podría crear un sistema de vigilancia y predicción adaptada a las necesidades y posibilidades del momento del entonces llamado Instituto Nacional de Meteorología. Cabe destacar la tecnología de radar meteorológica, las estaciones meteorológicas automáticas y el detector de descargas eléctricas. También nos incorporamos en esos años 80 numerosos profesionales que trabajamos en esa temática durante las siguientes décadas. 

La predicción estaba focalizada en ese momento en los aeropuertos y la implementación de esa tecnología en los mismos era entonces costosa. Por eso se prefirió “centralizar” la misma en 11 centros de predicción (1986-1989) con responsabilidad regional.  Algunas de ellas abarcaban una comunidad autónoma y otras 2 o tres. Su labor básica era la predicción general, aeronáútica y de fenómenos adversos en su demarcación, funcionando a tiempo completo 24/7, si era posible. Conformaban el Sistema Nacional de Predicción. Cada uno de los 11 centros fue generando gran experiencia sobre su área de actuación, con gran conocimiento de la geografía regional y de la características socioeconómicas sobre las que pudiera tener impacto la meteorología. 

Eventos adversos desde la creación del sistema nacional de predicción:

4 de noviembre de 1987: Inundaciones en la provincia de Valencia por desbordamiento del Júcar. Varios muertos.

14 de noviembre de 1989: lluvias torrenciales desbordan el rio Guadalhorce con varios fallecidos.

9 de octubre 1994: Lluvias torrenciales en Cataluña que duran hasta el día 11; hay 4 muertos y 5 desaparecidos.

9 de junio de 1995: lluvia torrencial en Andalucía con 4 muertos.

30 de setiembre de 1997 En Alicante caen 270 l/m2 en 6 horas causando 5 muertos.

7 de agosto de 1996: camping de Biescas, 86 muertos.

15 de diciembre de 1996: fuerte temporal de agua y nieve en toda España que ocasiona 22 muertes. Andalucía, Castilla La Mancha y Valencia sobre todo

20 de diciembre de  1998: temporal En el Cantábrico hunde un barco con 8 fallecidos

30 de setiembre de 1997: En alicante caen 270 l/m2 en 6 horas, causando 5 muertos.

6 de noviembre 1997: Ciclogénesis explosiva, con precipitaciones superiores a 110 l/m2. En Badajoz/Montemolín se miden 40 l/m2/h con gran inundación que deja 23 muertos.

9 de junio de 2000: lluvia torrencial en el este de la Península con 5 muertos en Cataluña

20 de noviembre de 2001: tormenta anclada en la cumbre de La Palma, con 4 muertes

27 de setiembre de 2012: lluvias torrenciales en el sureste con una intensidad de 128 l/m2/h. 13 muertos

7 de setiembre de 2015 Varios fallecidos en la zona de La Rábida (Granada) por las inundaciones producidas

9 de octubre de 2018: un tren convectivo provocó precipitaciones torrenciales en la localidad mallorquina de Sant Llorenç, con 13 personas fallecidas.

Como se ve, durante 40 años, y excepto en el evento del camping de Biescas generado por una tormenta aislada anclada a la montaña y que afectó un punto muy local, es decir algo muy imprevisible, el resto entran dentro de unos números razonablemente bajos asociados a la imposibilidad del riesgo cero mas que a otra circunstancia.

En 2008 el Instituto Nacional de Meteorología se convierte en una Agencia (Agencia Estatal de Meteorología). La supresión de la palabra Nacional ya denota la intención de ese momento político, de deconstruir la nación española. Se planea luego una reforma del Sistema Nacional de Predicción que se va ejecutando a partir del 2011. Se separan las funciones aeronáuticas y las de la predicción de fenómenos adversos. 

La especialización en sí no es mala idea pero esconde una reducción de personal. Los 11 centros en los que se vigilaban regionalmente los fenómenos adversos se reducen a 4, infradotados además de personal por los que el sistema es muy vulnerable cuando se dan las circunstancias de tiempo muy adverso generalizado. Por la noche, la cobertura es aún mas precaria. Todo esto supuso un ahorro en salarios de aproximadamente 1 millón de euros al año. No parece que estas circunstancias hayan trascendido de alguna forma, pese a que hubo huelgas y acciones de protestas en su momento por parte de los profesionales. Esperemos que se retome a dar importancia a la inversión en la prevención de los fenómenos meteorológicos, por la cuenta que nos trae. 


domingo, 3 de noviembre de 2024

¿MÁS INUNDACIONES EN EL MEDITERRÁNEO ESPAÑOL POR EL CAMBIO CLIMÁTICO?

Además de ser recurrentes, se sabe que no hay una tendencia histórica a más inundaciones catastróficas


“Study of historical flood events on spanish rivers using documentary data” de Mariano Barriendos y Fernando S. Rodrigo (2006, Hydrological Sciences Journal)

En este estudio se usan pruebas documentales para analizar los acontecimientos históricos de la severidad y frecuencia de inundaciones en diferentes ríos de España. La ocurrencia de inundaciones en el pasado es analizado teniendo en mente la topografía básica y las características hidrográficas de los ríos investigados, además de las causas climatológicas de las mismas durante el período instrumental. Las oscilaciones de la frecuencia de inundaciones identificadas en el presente trabajo coincide en general con las ya detectadas en previos trabajos para un número de cronologías más corto.

Se ha utilizado información de anteriores investigadores que han trabajado en la compilación de información sobre inundaciones como Rico Sinobas, Bentabol, Blasco, etc recopilados por Fontana Tarrats. También se utilizan otras modernas recuperaciones de diferentes cronologías de inundaciones (Grimalt, 1992; Barriendos & Pomés, 1993; Barriendos & Martín-Vide, 1998; Brázdil et al., 1999; Benito et al., 2003; Llasat et al., 2005). También se ha hecho investigación directa en archivos y se han compilado un total de 1422 inundaciones, 589 catastróficas y 833 extraordinarias, en 17 cuencas de ríos.

Como se ve, entre el siglo XIV y el siglo XX se han producido más de 30 inundaciones catastróficas en las cuencas del Turia y del Júcar, en su gran mayoría en otoño:

La figura muestra la frecuencia decadal de inundaciones en las cuencas mediterráneas. Se pueden ver dos picos correspondientes a las décadas de 1621-1630 y 1841-1850. Poco que ver con el calentamiento global aunque en los años 60 del pasado siglo hubo un cierto repunte. En términos generales, el incremento de la frecuencia de inundaciones se produce al final del siglo XVI, el final del siglo XVIII y la segunda mitad del siglo XIX.


lunes, 7 de octubre de 2024

ESPAÑA HÚMEDA, ESPAÑA SECA

 El año hidrológico ha sido normal en precipitaciones de media pero con patrones invertidos persistentes


Se ha cerrado el año hidrológico (1 de octubre a 30 de setiembre) con precipitaciones que, en conjunto, se consideran normales, un 5% superior a la media, pero con un reparto especialmente desigual. Se marca un dipolo hidrológico brutal entre el noroeste de la Península y la zona mediterránea. 

Según AEMET: "Lo más destacable del año hidrológico 2023-2024 es, sin duda, la desigual distribución de las precipitaciones. En el noroeste de la Península, Cantábrico oriental y Pirineo navarro y aragonés se superaron los 1500 l/m², al igual que en puntos del sistema Central occidental. Sin embargo, en el extremo sudoriental de la Península no se llegaron a alcanzar los 120 l/m², y en algunas zonas de las provincias de Almería y Murcia, ni siquiera se ha llegado a los 80 l/m²."


La distribución de las precipitaciones refleja de forma muy clara la persistencia de patrones meteorológicos de zonalidad atlántica, con predominio de situaciones de borrascas que dejaron precipitaciones en las cuencas occidentales, pero no muy al sur, ya que casi toda Andalucía ha quedado por debajo de lo normal. 

En forma de porcentajes se ve claramente. Incluso parte de la zona cantábrica queda algo por debajo de lo normal lo que deja entrever muchas situaciones de suroeste:

Si buceamos en los datos vemos que durante el anterior año hidrológico, que fue seco, con un 12% inferior al normal, los patrones meteorológicos fueron parecidos, aunque con una frecuencia inferior de situaciones de lluvia. Esto lleva a preguntarnos si estos patrones de estos últimos 2 años han sido influenciados de alguna manera por la erupción del Hunga Tonga y la eyección de enormes cantidad de vapor de agua en la estratosfera, que aún persisten en gran medida. 


Y en resumen los dos últimos años considerados conjuntamente nos dan el cuadro completo:



En cualquier caso, este mes de octubre de 2024, primer mes del año hidrológico 2024-2025, parece comenzar con una racha de situaciones similares a la de los dos años anteriores, aunque seguramente con más abundancia de agua. Los próximos 10 días se esperan acumulaciones de precipitación entre 50-100 l/m2 en buena parte de la mitad occidental peninsular. Esperemos que durante los próximos meses se acaben las situaciones de sequía que todavía afecta a zonas de España. 

La predicción estacional para el otoño va, por el momento, un tanto desviada cuando ya nos encaminamos a la mitad del calendario. Veremos como se desarrolla la situación. 



viernes, 27 de septiembre de 2024

EFECTOS DEL VOLCÁN HUNGA TONGA EN EL VÓRTICE POLAR

 Parece haber una relación entre las emisiones de la erupción del Hunga Tonga y los patrones de comportamiento del vórtice polar del Hemisferio Norte


En enero de 2022 la erupción del volcán Hunga Tonga inyectó unas cantidades sin precedentes de vapor de agua en la estratosfera. Sus posibles efectos se han convertido en un tema interesante de investigación. El estudio siguiente explora las implicaciones dinámicas utilizando una simulación con el modelo SOCOLv4. La simulación replica las anomalías observadas en la composición química de la estratosfera y la baja mesosfera y revela una novedosa relación entre las erupciones volcánicas ricas en vapor de agua y las anomalías climáticas en la superficie.

Kuchar, A., Sukhodolov, T., Chiodo, G., Jörimann, A., Kult-Herdin, J., Rozanov, E., and Rieder, H.: Modulation of the Northern polar vortex by the Hunga Tonga-Hunga Ha'apai eruption and associated surface response, EGUsphere [preprint], https://doi.org/10.5194/egusphere-2024-1909, 2024.

 https://egusphere.copernicus.org/preprints/2024/egusphere-2024-1909/

Al principio de 2023 el exceso de vapor de agua causó una significativa anomalía negativa en el ozono y temperatura de las alta estratosfera y en la mesosfera, forzando una circulación atmosférica que afectó particularmente al vórtice polar del HN. El debilitamiento del gradiente de temperatura entre la atmósfera de bajas y altas latitudes, lleva a un debilitamiento del vórtice polar, que se propaga hacia abajo de forma similar a los calentamientos estratosféricos repentinos y conduce a anomalías en la superficie vía acoplamiento entre la estratosfera y la troposfera. 

Estos resultados subrayan el potencial del Hunga Tonga para crear condiciones favorables para lo que se denomina "calentamiento estratosférico repentino" en los inviernos siguientes mientras persista el enfriamiento cercano a la estratopausa por el exceso de vapor de agua.

En concreto se observa en los gráficos de la NASA  correspondientes a los años 2022/2023 y 2023/2024, y entre enero y marzo, se suceden varias situaciones de altas temperaturas y baja velocidad de viento a la altitud del vórtice polar estratosférico, muy parecidas a las de un calentamiento estratosférico repentino. Por primera vez desde que hay registros (mediados del siglo XX) tres eventos de calentamiento estratosférico repentino se han producido durante el invierno 2023/2024. Se ha calculado, con los datos que disponemos, que tal secuencia tiene un período de retorno de unos 250 años. Tal rareza puede suponerse que es debida a la naturaleza de la erupción. 

https://ozonewatch.gsfc.nasa.gov/meteorology/temp_2023_MERRA2_NH.html






La erupción modificó significativamente el balance radiativo, la fotoquímica y las dinámicas de la estratosfera y la baja mesosfera como se ha documentado. (Coy et al., 2022; Sellitto et al., 2022; Jenkins et al., 2023; Santee et al., 2023).

En resumen, se considera el acoplamiento dinámico estratrosfera-troposfera-superficie en el HN después de la erupción. Con las simulaciones se demuestra como el vapor de agua, desde la latitud donde se emitió, se propagó hacia arriba y hacia los polos impactando el vórtice polar y contribuyendo a la formación de una situación similar a la del calentamiento estratosférico repentino en el invierno boreal 2022/2023 con la subsecuentes anomalías de presión en superficie. Además se indujo una marcado calentamiento en la región ártica, con temperaturas 2ºC superiores al principio de 2022.

 El vapor de agua genera en la alta estratosfera y la baja mesosfera un incremento de concentración de ión hidróxilo OH que genera una anomalía negativa de ozono (lo destruye). La baja concentración de ozono (gas invernadero) hace disminuir la temperatura (a esas altitudes) en las latitudes ecuatoriales hasta los 20ºN,  que lleva a una reducción del gradiente hemisferico horizontal de temperatura (diferencia de temperatura entre las latitudes bajas y altas). Esta alteración del gradiente de temperatura está asociada con vientos más débiles debido a la relación del “viento térmico”. De esa forma esa anomalía se propaga hacia debajo de forma similar al calentamiento estratosférico repentino.  

Por todo esto se deduce que mientras no se produzcan una disipación del vapor de agua en esas capas, los próximos inviernos se podría replicar esa situación. Las anomalías que hemos tenido en España estos dos últimos años pueden tener que ver con el fenómeno. En concreto son sospechosos los comportamientos de la primavera extremadamente cálida y seca de 2023 y el extremadamente cálido invierno 23/24. Y también la persistencia de patrones que han favorecido en un país de tamaño mediano una disparidad enorme en la precipitación acumulada en los últimos 2 años.



 De momento, y hasta noviembre al menos, se pronostica un viento estratosférico del vórtice por debajo de lo normal.



miércoles, 18 de septiembre de 2024

LA EMERGENCIA CLIMÁTICA DESAPARECE DE LOS BOSQUES ESPAÑOLES

 La relación entre el calentamiento global y la desertificación de España se desmiente con las estadísticas 

Tras el supuestamente verano más cálido del siglo, al menos en lo que se refiere a los meses de julio y agosto, parece que ese hecho no se refleja en ninguna situación de emergencia en cuanto a incendios forestales. Tanto el presunto aumento de la desertificación en España como en su reflejo en la superficie arbórea, son dos "iconos" progres recurrentes en la "literatura" emergencionista de nuestro país. 



Lo que se pretende ignorar son hechos y datos que en realidad empujan a pensar en una situación radicalmente distinta. Según los datos recogidos la extensión de superficie forestal en España ha pasado de un 28% de la misma en 1990 a un 37% actual. En gran medida ha sido debido a la regeneración natural de los bosques, ya que han desaparecido las actividades agrarias y  ganaderas en zonas más o menos marginales.

https://datos.bancomundial.org/


En cuanto a las estadísticas comparadas de incendios del Ministerio de Medio Ambiente, provisionales todavía en este 2024, y pasado lo peor del estío, no pueden ser más optimistas. Con excepción del pico de 2022, parece proseguir la tendencia a la disminución de los incendios forestales, especialmente en lo que respecta a lo principal, la superficie arbolada. Estas noticias positivas no parecen atraer la atención de los medios, especialmente si desmienten los topicazos calentólogos. 

https://www.miteco.gob.es/es/biodiversidad/temas/incendios-forestales/estadisticas-incendios.html


lunes, 2 de septiembre de 2024

AÚN UN FALLIDO PRONÓSTICO DE HURACANES ATLÁNTICOS

 

A principios de octubre, y pese al acelerón reciente, se está lejos de ser un año de gran actividad 


Al pronóstico de mayo, muy alarmista, con previsión de gran actividad y potenciales huracanes muy peligrosos, se sumó la actualización de agosto, casi sin corrección, pese a que el mes de agosto ha sido sorpresivamente de muy poca actividad. Se sigue insistiendo en una actividad con 90% de probabilidades de estar por encima de lo normal y 10% de normal. La predicción abajo. La media se refiere a 1991-2020 y el asterisco indica que la perturbación Kirk está previsto que alcance categoría de gran huracán.

                                                                                              OBSERVADOS

                                          PREVISTO     MEDIA           1/09            2/10

 CON NOMBRE                  17-24               14                    4                11

HURACANES                        8-13                7                     2                 6

GRANDES HURAC.               4-7                 3                    1                 3*

  

La predicción se basa en:

Estamos desde 1995 en las condiciones de base adecuadas para temporadas de alta actividad para los huracanes atlánticos. Estas incluyen: temperaturas más altas de la superficie del mar, débiles vientos alisios, y débiles cizalladuras verticales entre los niveles 200-850 hpa en la zona llamada MDR (Main Development Region, zona tropical atlántica), además de un monzón de África Occidental más fuerte. Todas estas condiciones actualmente son favorables.

Hay que tener en cuenta que, de media, la actividad de las tempestades tropicales en el Atlántico sufre un fuerte pico en la segunda quincena de agosto y la primera de setiembre. Por esto, debería activarse enormemente durante el mes de setiembre alcanzando un número extraordinario de perturbaciones tropicales.


En la climatología media de octubre decrece bastante la actividad, aunque según las previsiones debería ser este año excepcional.




domingo, 1 de septiembre de 2024

DISCREPANCIAS EN LA PREDICCIÓN DE LA NIÑA

 La dificultad en hacer predicciones a meses vista se comprueba en las diferencias entre distintos modelos 


Tras un anuncio muy temprano por parte de la NOAA, en el pasado invierno, de una rápida transición de El Niño a La Niña en pleno verano del Hemisferio Norte, parece que el fenómeno se demora. Esta circunstancia también se está produciendo con la temporada atlántica de huracanes, hechos coincidentes que pueden estar relacionados. En cualquier caso distintos organismos meteorológicos generan predicciones que de alguna forma chocan en sus conclusiones. 

https://www.cpc.ncep.noaa.gov/products/analysis_monitoring/enso_update/wkxzteq.shtml

Con los grafismos de la página de la NOAA es muy fácil en principio entender que el fenómeno ENSO (El Niño Southern Oscillation) tiene que ver con el juego acoplado de atmósfera y océano que induce anomalías cálidas o frías en la superficie  marina del Pacífico Central. Estas anomalías acaban perturbando los patrones de circulación atmosféricas de buena parte del Mundo. La transición actual es a fase fría de La Niña, aunque como se ve no acaba de emerger en la zona central la anomalía fría. 


En el mes de mayo, la predicción de NOAA era la de rápida transición a La Niña durante este verano (señalado como JAS) con casi un 70 por ciento de probabilidades, que no se han cumplido porque como se ve en la última actualización se han reducido al 17% :

https://www.cpc.ncep.noaa.gov/products/precip/CWlink/MJO/enso.shtml

En el compendio de modelos de IRI (International Research Institut) la predicción media de los modelos dinámicos alcanzan ligeramente el umbral de 0,5 grados durante breve tiempo, pero los modelos estadísticos se quedan en zona neutra.




En la comparación de modelos que hace el BoM (Bureau of Meteorology) australiano para noviembre se destaca el modelo de la NOAA prediciendo una transición más clara, mientras los demás se quedan en las cercanías de lo neutral. 

En cualquier caso, como ya he señalado en anteriores artículos, hay relación entre la probabilidad de ocurrencia del fenómeno ENSO y la actividad solar, siendo más probables los episodios cálidos/fríos  El Niño/La Niña en los máximos/mínimos solares, pero con un retraso de entre 1 y 2 años.


Dentro del ciclo solar 25, que comenzó en 2019, estamos aproximadamente en su máximo, que en términos probabilísticos no es terreno favorables para la formación de episodios cálidos:



En conclusión, no parece que las torpes habilidades y discrepancias de los modelos en las predicciones a meses vista sean un buen reclamo de fiabilidad de las predicciones climáticas que presumen de hacerlo con un rango muy superior.