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viernes, 24 de octubre de 2025

OBSERVATORIOS CHAPUCEROS (5): ALICANTE

 Alicante es un ejemplo paradigmático de observatorio "contaminado" por la isla térmica urbana


El concepto de noche tropical se basa simplemente en la convención de considerar como tales a aquellas en las que la temperatura mínima no desciende de los 20ºC. Parece que AEMET está muy satisfecha con el comportamiento del observatorio de Alicante/Ciudad Jardín, en cuanto al incremento de este tipo de noches en la serie histórica. Este año la cosecha de temperaturas récords de las máximas no está siendo tan generosa como en otros años por lo que hay volver la vista a otros parámetros.

En cualquier caso obsérvese que, desde que su emplazamiento está donde está, 1938, hay una disminución de las mismas entre 1938 y los años setenta, aumentando posteriormente. Es decir, su trazado sigue en líneas generales la evolución de la temperatura general mundial. Incluso se percibe el famoso hiato al principio del siglo XXI.





Para seguir las evoluciones del observatorio y su entorno tenemos en internet un interesante artículo que describe todas su vicisitudes:

https://www.divulgameteo.es/Historia-del-Observatorio-meteorologico-de-Alicante/

Situándonos gracias a google earth lo primero que se observa es que el emplazamiento está muy cerca de las afueras de la ciudad hoy en día. Evidentemente en 1938 su situación, muy adecuada para un observatorio, era aún más excéntrica:



Existe testimonio fotográfico de su carácter "rural". En la foto de abajo, del año 1940, se aprecia claramente, además de la típica utilización de una garita grande de madera tipo Stevenson, usadas hasta hace no muchos años.



Hoy en día (abajo) la zona está completamente urbanizada y rodeada por grandes desarrollos que han cambiado totalmente el entorno de la ciudad. Calles asfaltadas y edificios que actúan como concentradores de calor que es emitido lentamente por la noche. Todo esto justifica el aumento general de la temperatura y desde luego también por la noche.




El crecimiento en población, y por lo tanto de la edificabilidad, de la ciudad de Alicante es espectacular desde los años setenta precisamente. Actualmente es casi el doble de lo que fue hace 55 años. La conexión entre estas circunstancias y las propias mediciones son evidentes. Por cierto, que se señala que los antiguos termómetros de cristal apuntan en este caso a valores parecidos. No obstante, habría que ver si se han utilizado las actualmente usadas garitas pequeñas. 
Para más información sobre los errores de observación ver los enlaces del final. 



MAS INFORMACIÓN

jueves, 16 de octubre de 2025

¿ES HORA DE UNA SEQUÍA OTOÑAL?

 Un repunte otoñal de "La Niña" podría favorecer condiciones de pocas lluvias en las cuencas atlánticas


El período de otoño climatológico (setiembre, octubre y noviembre) ha comenzado con escasas precipitaciones sobre nuestro país, después de dos otoños (2023 y 2024) húmedos. En concreto, hasta la fecha del 10 de octubre, la mayor parte de las cuencas atlánticas han recibido  muy pocas precipitaciones, bien al contrario de las zonas mediterráneas como bien sabemos. Esa dualidad de precipitaciones desfasadas entre ambas zonas es un producto de los distintos regímenes sinópticos.



Tras la habitual y asegurada sequía veraniega, las lluvias otoñales son importantes para el propio estado de los campos y de la naturaleza en general. Como ya he comentado en otros artículos sí parece haber una correlación en cuanto a la precipitación en la Península con respecto a un fenómeno tan alejado de nosotros como es el famoso ENSO (El Niño Southern Oscillation). Estando en una situación de La Niña débil, parecen las predicciones indicar un repunte eventual a La Niña moderada (por debajo de -0,5ºC en la zona 3,4 de ENSO).



Esta circunstancia sería muy fugaz, pasándose rápidamente a un estado de ENSO neutral, que tendría menos incidencia en el tiempo en nuestro país:

https://iri.columbia.edu/our-expertise/climate/forecasts/enso/current/?enso_tab=enso-sst_table



Según los cálculos de correlaciones del fenómeno ENSO con la precipitación en distintas zonas del planeta, sí parecen existir en otoño (SON), aunque son débiles:

https://www.cpc.ncep.noaa.gov/products/precip/CWlink/ENSO/regressions/diag.prec.regr.SON.png



He recreado sobre un histograma de precipitaciones otoñales peninsulares de AEMET, los correspondientes estados ENSO de cada año. A simple vista parece que los años de El Niño, la fase cálida, reflejan unas precipitaciones más abundantes de lo normal, y sobre todo los de El Niño fuerte (F). La influencia de La Niña en la carencia de lluvias no es tan evidente, pero si se observan buenas correlaciones en los curiosos y fríos años setenta:



En conclusión, pasado ya la mitad del otoño climatológico, todo apunta a un balance hidrológico negativo al final de mismo. Esperemos que la naturaleza y la variabilidad natural climática nos sorprenda.



viernes, 19 de septiembre de 2025

LA TENDENCIA DE LOS INCENDIOS FORESTALES EN ESPAÑA ES DECRECIENTE

 Los datos provisionales de cualquier variable de un solo año no pueden demostrar una tendencia a largo plazo


Como forma de desinformar y engañar a la opinión pública española, y para sugerir una tendencia ascendente en el número e intensidad de los incendios forestales, se pretenden sustituir la contabilidad tradicional efectuada por los profesionales de la función pública por mediciones por el sistema Copernicus. Como ocurre con todas las series de datos es muy importante mantener la homogeneidad de las mismas, que se consigue con el mantenimiento de los procedimientos de medición. Cuando se "adaptan" esos nuevos datos suele tener como objetivo maquillarlos con fines políticos. Un ejemplo son los datos del paro. 

Por todo esto en esta artículo voy a utilizar datos extraídos de las series estadísticas elaboradas por el Ministerio de Transición Ecológica:

https://www.miteco.gob.es/es/biodiversidad/temas/incendios-forestales/estadisticas-datos.html 

Del informe definitivo de 2015, extraigo la primera gráfica. Se observa un máximo del número de incendios en los años 90 y de las superficies quemadas en los años 80 y principios de los 90.Desde entonces hay una clara tendencia a la disminución, tal vez influenciada por las políticas forestales y en ningún caso parece haber incidencia del aumento de temperaturas.

https://www.miteco.gob.es/content/dam/miteco/es/biodiversidad/temas/incendios-forestales/iiff_2015_def_tcm30-442974.pdf

Fuente Miteco:https://www.miteco.gob.es/es/biodiversidad/temas/incendios-forestales/estadisticas-datos.html

Algo parecido ocurre con las superficies afectadas por los grandes incendios forestales (GIF):



Para reconstruir la serie hasta 2024-2025 he utilizado el avance informativo provisional de incendios del año 2024, que completa los datos desde 2014. Para cada año en cada serie puede haber una pequeña diferencia numérica. He usado siempre la más reciente. Los datos de 2025 están actualizados hasta el 7 de setiembre, con la excepción que explicaré.


Es evidente, con cualquier contabilidad, que este año 2025 ha sido de grandes incendios, y queda constatado en los datos provisionales con un claro repunte. El matiz importante es que ese claro repunte afecta exclusivamente a las zonas no arboladas, que incluyen monte bajo y zonas de pastos y dehesas. La afectación a zonas arboladas, de momento, no parece excepcional. En cualquier caso la tendencia estadística decreciente no cambia por el dato de un solo año. 




En el último avance informativo, hasta el  7 de setiembre, hay dos aclaraciones un tanto crípticas. Parece que no todos los incendios en Castilla y León están contabilizados todavía. La otra sugiere una cifra aumentada por el sistema Copernicus, aunque no aclara el procedimiento. ¿Cuál sería el cálculo de Copernicus en los años 70 cuando se quemaban sistemáticamente los rastrojos? Este tipo de cuestiones son las que deben mandar para mantener los procedimiento de medición y evitar manipulaciones políticas. En cualquier caso un solo año en una serie de más de 80 años no determina apenas la tendencia.




sábado, 9 de agosto de 2025

TEMPERATURA GLOBAL Y VARIABILIDAD NATURAL

 La evolución de la temperatura global está claramente modulada por fenómenos relacionados con la variabilidad natural


El mejor monitoreo de la temperatura de las capas bajas de la troposfera es el realizado desde satélite. Ya he comentado sobradamente los problemas de la observación en superficie y la lasitud con el que las organizaciones meteorológicas nacionales eluden la corrección de las desviaciones, para estar "en onda" con la ideología de moda. Las observaciones por satélite se remontan tan solo a 1979 y marcan una tendencia ascendente general de 0,16ºC por década. El último repunte 2022-2024 parece haber estado marcado posiblemente por la inyección de vapor de agua en la estratosfera por la erupción del volcán Hunga Tonga, en el Pacífico. Según los modelos sus efectos alcanzarían su máximo al tercer años (2025) para decaer luego, aunque no se esperaba que fuera de importancia.

En cualquier caso, como comenté en un artículo anterior, la temperatura alcanzó un pico en 2023, decayendo durante los últimos meses.

https://meteorologosenlaniebla.blogspot.com/2025/07/tres-anos-y-medio-desde-el-hunga-tonga.html

https://www.nsstc.uah.edu/data/msu/v6.1/tlt/uahncdc_lt_6.1.txt

 Otra cosa a considerar, aunque se pretende negar cualquier influencia, es el de la actividad solar. Dentro del ciclo de 11 años, con mayor o menor actividad, hace aproximadamente un año que pasó por su máximo. Según el actual paradigma reconocido la diferencia entre un máximo y un mínimo afectaría a la temperatura en la superficie del planeta de unos 0,1ºC. Eso sí, considerando su acción directa, por mera diferencia en cuanto a la energía recibida del Sol. Lo que pasa es que puede afectar tal vez a otras variables atmosféricas que puedan amplificar sus efectos. Esto es muy discutido. 



Por ejemplo, puede haber mayor o menor probabilidad de que se desencadene un fenómeno de El Niño o La Niña en las cercanías de un máximo o mínimo solar, con un retraso de un año y medio. A su vez se sabe, que los El Niño calientan la atmósfera y los La Niña la enfrían.

https://www.researchgate.net/publication/325619250_Posible_modulacion_de_las_circulaciones_anticiclonicas_por_las_variaciones_de_la_actividad_solar

A la espera de que pudiera desarrollarse un El Niño a finales del año que viene, lo que tenemos por delante es una situación entre neutral o rozando tal vez durante algún mes la de La Niña, por lo que la evolución de la temperatura no debe ser ascendente.



Cruzando todas estas variables es fácil comprobar que los períodos de El Niño preceden o coinciden con épocas de calentamiento de las temperaturas medidas por satélite, y lo contrario con La Niña. 

La excepción más evidente es la que se refiere al momento posterior a la explosión del monte Pinatubo, en junio de 1991, la mayor eyección de cenizas a la estratosfera de las últimas décadas al menos. El enfriamiento que produjo sin embargo coincide con una sucesión de años con El Niño. Los datos que he usado están abajo.






viernes, 18 de julio de 2025

GUÍA DE SANIDAD PARA MANIPULAR EMOCIONES CALENTOLÓGICAS

 La utilización de mensajes y consignas emocionalistas para "estimular" la sensación de calor sirve a fines políticos y económicos


El Ministerio de Sanidad ha lanzado este verano una guía dirigida a los "comunicadores" con el objetivo de orientar sus actuaciones en cuanto a que lleguen a los ciudadanos los modos de comportamiento en situaciones de calor en España. En España parece que durante los veranos ha empezado a hacer calor, cosa sorprendente.

https://www.sanidad.gob.es/gabinetePrensa/notaPrensa/pdf/Guia230625174200776.pdf

Por supuesto todos los españoles sabemos lo que tenemos que hacer en verano, especialmente los días de calor. El objetivo, una vez leído la citada guía es generar una impronta en los ciudadanos de que el calor veraniego es debido al cambio climático y las emociones de angustia y miedo correspondiente. Dado que la sequía les ha fallado, siempre nos quedará el calor canicular. Al final lo pagamos, no solo dando poder a esta banda de ganapanes sino también con dinero.


En realidad la evidencia científica es clara: el número de defunciones es bastante mayor en invierno que en verano. Realmente el período entre junio y setiembre es el de menor número de defunciones estadísticamente:




El documento, de 60 páginas, se repite mucho con cuatro ideas directrices. Hay que justificar el seudotrabajo y nómina de meses de mucha gente. Una de las ideas recurrentes es el de las "emociones", como estimularlas o lo contrarios. En un país que vive del turismo en gran medida hay que erradicar la idea de que el verano general emociones positivas:


Una de las ideas peregrinas mas estúpidas es la de la singularidad del calor según donde vivas. Se supone que los ciudadanos están anclados a su territorio (el sueño de los políticos españoles) por lo que 28º en Galicia pueden ser peores que 37ºC en Andalucía. ¿Y un asturiano en Benidorm?. En todo el documento, aunque han participado miembros de AEMET, también hay un afán de minusvalorar el papel de la Agencia. 



En la mejor tradición del uso de la propaganda tal como la concebía el Dr. Goebbels, se hace hincapié en la repetición del mensaje, el uso de emociones y el manejo del lenguaje con distintas intensidades:










En conclusión, el objeto de este tipo de documento no es el de servir al ciudadano sino presionar a los "comunicadores" para los fines políticos de control social y exacción económica. En esto último no tenemos más que ver la evolución del precio de la luz (En España y Europa) con los precios mayores del mundo que hace inviable sobre todo a las economías industriales.







lunes, 7 de julio de 2025

TRES AÑOS Y MEDIO DESDE EL HUNGA TONGA Y SUS CONSECUENCIAS CLIMÁTICAS

 Es probable que la erupción de este volcán esté afectando al clima mundial


En enero de 2022 se produjo la mayor erupción del siglo XXI, la del volcán Hunga Tonga, que inyectó una enorme cantidad de vapor de agua en la estratosfera, no observada anteriormente, por lo que sus consecuencias en el clima no eran previsibles. 

Martin Jucker et al., 2024, utilizaron modelos que consideran la química atmosférica para analizar los posibles impactos a largo plazo de esa inyección de vapor de agua. Las simulaciones muestran un fuerte y persistente calentamiento de las masas terrestres del Hemisferio Norte y un enfriamiento de los inviernos en Australia, años después de la erupción, lo que demuestra el gran forzamiento a largo plazo de este fenómeno. Los autores enfatizan que el fenómeno es más complejo que el simple forzamiento de gas invernadero (en este caso el vapor de agua) y está influenciado por factores como los cambios de patrones de circulación y retroalimentaciones nubosas. 

En cualquier caso los mejorables monitoreos del clima mundial parecen querer contarnos que algo significativo está pasando estos tres últimos años. Las medidas de la temperatura de las capas bajas de la atmósfera por satélite, gestionadas por la Universidad de Alabama/Huntsville, mostraron durante los años 2023 y 2024 un inesperado y brusco aumento con marcha atrás durante estos últimos meses. Son de difícil atribución estos cambios y el volcán en cuestión es un sospechoso necesario. 


El monitoreo de Copernicus es otro clásico. Los que lo usan no deben ignorar que básicamente es un modelo con datos incrustados supuestamente validados por las organizaciones que los gestionan (Já). Lo más gracioso es que pretende ser una síntesis de los años 1940-2024. En los años 40 del pasado siglo, por ejemplo, había preocupaciones mayores que la de tener una buena red de observatorios mundiales, densa y bien mantenida. Pura entelequia. En cualquier caso, si se observa estos últimos 3 años una evolución más o menos coherente con la anterior. Estos últimos 6 meses ha visto un rápido declinar de la temperatura:

https://pulse.climate.copernicus.eu/


He desarrollado en serie los datos de Copernicus. Especulo con que el retraso del aumento de la temperatura en meses posteriores a la erupción demuestra que los efectos son más atribuibles a su influencia en los patrones meteorológicos que al propio efecto de invernadero del vapor de agua estratosférico. En cualquier caso se observa mejor la vuelta a valores preeruptivos:



De la misma forma las anomalías de mar helado en la Antártida también parecen haber sido influídas:



El retraso en el aumento de la temperatura también puede estar influido por el hecho de una fuerte La Niña, con el consiguiente enfriamiento global, que se desarrollaba durante el año 2022:





En cuanto a los posibles efectos sobre situaciones en nuestro país, es cierto que los tres últimos veranos han sido anómalamente cálido, con éste reciente junio muy caluroso. Observando desde una amplia perspectiva parece que nos ha "tocado" un patrón meteorológico muy desfavorable comparativamente el pasado junio:


Y los patrones que lo han generado han sido muy determinantes y persistentes. La atribución al famoso cambio climático lo tendrán que demostrar los que lo apoyan:

La evolución de la temperatura media de junio en la Península desde 1961 según AEMET, con todas las reservas sobre la calidad de los datos, es la siguiente, con dos evoluciones muy distintas, hasta los años 90 y desde estos:




Si observamos su evolución en los 26 años de este siglo, la tendencia es ligeramente negativa, con tres junios seguidos muy cálidos al principio que decantan la misma:



viernes, 20 de junio de 2025

¿VERANOS MÁS LARGOS EN ESPAÑA?


El alargamiento de los veranos en junio parece evidente en los últimos 25 años en relación a los anteriores. Pero no ocurre lo mismo con setiembre: los cambios de patrones meteorológicos mandan


Antes de nada recordar que, con los datos que disponemos, de calidad discutible en muchos casos, las series largas (de más de 100 años) nos informan que la variabilidad climática natural puede modular importantes cambios de las variables. Ya he reproducido alguna vez la reconstrucción de la precipitación media en España desde 1900 que nos muestra una sucesión de ciclos. La de precipitación es un ejemplo en el último siglo. El máximo se produjo en torno a los años 60, igual que durante los años 70 hubo un mínimo de temperatura. Las comparaciones con los mismos pueden inducir a errores de valoración. 


https://repositorio.aemet.es/bitstream/20.500.11765/5798/1/Luna_etal.pdf


Con todos los pero y inexactitudes de la medida de la temperatura en los observatorios españoles, la gráfica de la temperatura media de junio en España es inequívoca: hasta 1998 se mantuvo en unos valores entorno a los 18 o 19ºC, pasando los siguientes 25 años a valores que suponen una tendencia de 0,36ºC por década. Aún con rebajas el incremento sería evidente. De la observación de la gráfica no se percibe un incremento paulatino sino dos períodos distintos, lo hace vislumbrar un cambio de patrones. Otra cosa es a que se puede atribuir. 


En los meses cálidos se da la circunstancia de que la presencia de las nubes y precipitación disminuye las temperaturas. Por eso hay una tendencia en junio desde los años 60 a una disminución de las precipitaciones en la Península hasta el mínimo de finales del siglo XX y principios del XXI. Desde entonces parece estar aumentando nuevamente.  Desde 1979 no hay tendencia, en cualquier caso.

Utilizando el reanálisis NCEP/NCAR para las corrientes directoras en altitud (250 hpa, a la que vuelan los aviones), la diferencia entre 1973/1998 y 1999/2024 nos habla de un claro cambio de patrón meteorológico, con un debilitamiento del chorro subtropical y un fortalecimiento de las corrientes del oeste, pero al norte de nuestras latitudes. Esto incide tanto en las temperaturas como en las precipitaciones. El porqué de la variabilidad de los patrones es claramente una incógnita y debería ser objeto de  investigación. Lo que ocurre en realidad es que se desvía la atención a causas más de moda como el calentamiento global. 


El caso del mes de setiembre, el otro extremo de nuestro verano, es diferente. La temperatura media ha sufrido varias oscilaciones desde 1961. La típica tendencia hacia abajo de los 60 y 70 y posterior subida, con el hiato tal vez del volcán Pinatubo (1991). Desde 1978 no hay ninguna tendencia. También la precipitación, pese a la exuberancia de principio de los 60, carece de tendencia significativa. 


En este caso, la comparación de patrones es inversa, con un cierto reforzamiento del chorro subtropical y debilitamiento de las corrientes del oeste de latitudes superiores a la nuestra, lo que tal vez ha favorecido más descolgamientos de depresiones hacia nuestro país. 


Es curioso comprobar que en la Comunidad Valenciana, tal vez como consecuencia de esto los últimos 30 años han visto mayores precipitaciones en setiembre, cuyo origen más probables es el de depresiones aisladas de la circulación que acaban en el entorno del Mediterráneo.



En conclusión: hay que ser muy prudentes para atribuir un hecho tan importante, como el del alargamiento de los veranos, a una causa tan elemental como la de la subida lineal de las temperaturas por el calentamiento global. El Clima es muy complejo y esconde muchas sorpresas aún por desvelar.