Los cambios internos del movimiento del planeta puede incidir en el Sistema Climático
Ha producido cierto revuelo el artículo publicado en Nature sobre la detección de los cambios en la rotación del núcleo terrestre, como la disminución de velocidad de rotación del núcleo, el aumento de la de las capas externas, y su posible ciclicidad, además de su influencia en posibles cambios geofísicos. El artículo y autores:
"Multidecadal variation of the Earth’s inner-core rotation de Yi Yang y Xiadong Son"
El núcleo y el manto terrestre rotan con diferentes velocidades. La rotación diferencial del núcleo interno se cree que es debido a la propia dinámica del núcleo y al acoplamiento gravitacional
núcleo-manto. Esa rotación diferencial se ha inferido, en la investigación, de los cambios temporales
entre repetidas ondas sísmicas que deberían atravesar por el mismo lugar a
través del núcleo más interno. Analizando ondas repetidas sísmicas desde los
años 90 se sugiere que la rotación del núcleo
más interno se ha frenado. Comparando estos datos con los medidos desde 1964 en otras localizaciones, parecen quedar claro que están asociados con un gradual parón del núcleo más interno como parte
de una oscilación de 70 años, que tuvo un punto de inflexión al principio de
los años setenta. Esta periodicidad multidecadal coincide con cambios en otras
observaciones geofísicas, sobre todo la longitud del día y el campo magnético.
Esto evidencia interacciones dinámicas entre todas las capas de la Tierra,
potencialmente debido al acoplamiento gravitatorio y al intercambio de momento
angular entre el núcleo, el manto y la superficie.
Todas la medidas sugieren una rotación rígida del núcleo
interno. El núcleo interno se cree que está dinámicamente unido con sus capas
más externas mediante el acoplamiento electromagnético con el núcleo externo y
el acoplamiento gravitacional con el manto. Un pequeño imbalance entre ambos es
suficiente para cambiar la velocidad de rotación de núcleo interno. El ligero frenazo de 2009 y otro ocurrido en los 70, así como la rotación estable entre
medias sugiere que el núcleo interno tiene probablemente un período de
oscilación de unas siete décadas. Sorprendentemente la periodicidad multidecadal coincide con
varias importantes observaciones geofísicas, sobre todo la longitud del día y
cambios en el campo magnético que tienen ambas una periodicidad de unas seis o
siete décadas. Esta común oscilación parece indicar un sistema resonante entre
las diferentes capas de la Tierra.
Schlesinger, M. E. & Ramankutty, N. An oscillation in the global climate system of period 65–70 years. Nature 36
Gervais, F. Anthropogenic CO2 warming challenged by 60-year cycle. Earth-Sci. Rev. 155
La definitiva explicación para las oscilaciones climáticas multidecadales aún no se ha podido demostrar. Por otro lado, se ha encontrado recientemente una alta correlación entre la temperatura media global y la velocidad de rotación, y entre el nivel medio del mar y los cambios en los dipolos magnéticos.
Zotov, L., Bizouard, C. & Shum, C. K. A possible interrelation between Earth rotation and climatic variability at decadal time-scale. Geod. Geodyn. 7
Ding, H., Jin, T., Li, J. & Jiang, W. The contribution of a newly unraveled 64 years common oscillation on the estimate of present‐day global mean sea level rise. J. Geophys. Res. Solid Earth 126
Además, desplazamientos de la superficie del planeta, en la horizontal y en la vertical pueden ser inducidos por los mismos acoplamientos. Consecuentemente, la periodicidad multidecadal del sistema climático podría también originarse en el sistema oscilatorio núcleo-manto, por medio de la deformación de la superficie y del intercambio del momento angular desde el núcleo y el manto a la superficie.
El frenazo del núcleo interno, teniendo en cuenta el principio de conservación del momento angular, hace aumentar el momento angular de las capas externas de la Tierra y a la atmósfera, influyendo en el Sistema Climático. Ya D. Mariano Medina en los años setenta se percató de esta posibilidad y escribió en su libro "Meteorología básica sinóptica":
“Puede también ocurrir lo contrario y que, por el motivo que
fuere), resulte la Tierra acelerada en su movimiento de rotación. Entonces
la atmósfera reacciona rompiendo la uniformidad de los ponientes en la zona
templada y creando circulaciones meridianas sur-norte y norte-sur que trastocan
por completo la marcha climatológica normal. Anticiclones cálidos penetrando
hacia el Norte y borrascas frías haciéndolo hacia el Sur se van sucediendo,
creando tan pronto invasiones cálidas como perturbaciones frías, que dan lugar
a verdaderas olas de calor y a descenso muy bruscos de temperaturas,
acompañados éstos en ocasiones por lluvias torrenciales o por vientos
fortísimos. Y no se crea que hacen falta valores llamativos en la variación de
la velocidad de rotación de la Tierra; hemos podido constatar que una
aceleración que acorte en dos milésimas de segundo la duración normal del día
es suficiente para que el tiempo ande notablemente desajustado, con grandes
anomalías en temperaturas y en precipitaciones. Un buen ejemplo de esto que
decimos está bien reciente y ocurrió durante el años agrícola 1973-74, donde
una aceleración de la rotación terrestre que produjo un acortamiento en la
duración del día de dos milésimas de segundo (perfectamente calculada en el
observatorio astronómico de París), produjo un tiempo muy desajustado, con
lluvias torrenciales en el sudeste de España, a finales de octubre y alguna ola
de calor a principios de junio, amén de continuas anomalías en los meses
intermedios”.
En cualquier caso el estudio de Yang (y el resto) plantean unas hipótesis científicas interesantes sobre la incidencia de ese fenómeno sobre el clima mundial.
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