jueves, 23 de abril de 2020

RELACIÓN ENTRE LAS CONDICIONES METEOROLÓGICAS Y EL COVID19

Una síntesis sobre el conocimiento de la relación entre condiciones meteorológicas y los virus de la gripe, con aplicación sobre la situación en España


En researchgate se puede consultar el trabajo preliminar de Ricardo Torrijo y Alejandro Lomas: "Mecanismos de transmisión relacionados con las condiciones meteorológicas en la gripe y su modulación estacional". Es una síntesis del conocimiento previo de anteriores gripes en relación con las variables meteorológicas y su correspondiente aplicación al caso español. Aquí presento un resumen. El trabajo entero se puede consultar en:

Lowen y Palese (Lowen y Palese, 2009), en experimentos con animales determinaron que el contagio de la gripe sería por inhalación de gotas respiratorias grandes y aerosoles.  Del estudio de los resultados se dedujo que los climas fríos y secos favorecen el contagio por el mecanismo de aerosoles, pero las altas temperaturas (mayores de 30ºC) o humedades relativas (superiores al 80%) lo bloquearían. 

De todo lo anterior dedujeron que el modo de contagio por aerosoles sería la forma primordial de transmisión de la gripe en la temporada invernal en latitudes medias, mientras que en zonas tropicales el mecanismo predominante sería el contacto con alguien infectado. Esto explicaría la estacionalidad invernal de la gripe en latitudes medias. Todo esto con mucha reserva por nuestro desconocimiento sobre este virus.

En cuanto a las diferentes condiciones meteorológicas en interiores y exteriores hay que hacer las siguientes consideraciones: Shaman y Kohn (Shaman y Kohn, 2009) al investigar los resultados del experimento anterior llegaron a la conclusión de que la cantidad de masa de vapor de agua contenida en cada unidad de volumen de aire, la humedad absoluta  (u otros indicadores similares como la presión de vapor de agua, humedad específica o razón de mezcla), es el mejor indicador ambiental para explicar la supervivencia del virus en los aerosoles y, aunque en menor medida, también explica buena parte de su nivel de contagio. 

Aunque conocen muy bien las causas, a que la mayor supervivencia del virus en las pequeñas gotas se correlaciona muy bien con una menor presión de vapor de agua. En conjunto, en el experimento realizado, la humedad absoluta explicaría un 50% de la compleja transmisión del virus por aerosoles y un 90% de su supervivencia manera que, en situaciones de alta humedad absoluta, la transmisión del virus en forma de aerosol sería mucho menor que cuando lo hace con bajos niveles. 

En las ilustraciones 1 y 2 se muestra el caso de una localidad de interior, Madrid y otra marítima, Menorca. En ambas se observa como la humedad relativa y absoluta siguen una evolución inversa a lo largo del año:


Apuntando a dicha posible modulación estacional de la transmisión del COVID-19, en un artículo recientemente publicado por  Mohammad M. Sahadi (Sahadi et al., 2020) del Instituto de Virología Humana de la Universidad de Maryland, encontró que áreas con una significativa distribución comunitaria del COVID-19 se distribuyen de forma aproximada entre los 30-50ºN y en zonas con patrones meteorológicos de temperaturas medias entre los5-11ºC, combinadas con bajas humedades específicas (3-6 g/kg) y humedades absolutas (4-7 g/m3).

Trabajando con 85 estaciones principales españolas y aplicando estas conclusiones, hemos determinado la incidencia estacional de los virus en España:




CONCLUSIONES

Diversas investigaciones apuntan a la hipótesis de que podría haber una modulación estacional de la infección por COVID-19. Dichas hipótesis se basan no solo en correlaciones estadísticas significativas, sino también en una serie de razonamientos muy plausibles. Si dicha hipótesis se confirmara cabría esperar una atenuación del nivel de contagio con la llegada de los meses más calurosos, tanto en exteriores como en interiores. 

En España con la llegada de los meses más cálidos podría haber una cierta remisión en el contagio. Sin embargo, con la llegada del próximo otoño-invierno se produciría un efecto contrario, ya que durante ese período en la mayor parte de nuestro país predominarían condiciones meteorológicas que podrían fomentar la transmisión. Las zonas mas altas y secas del interior serían las más afectadas, mientras que islas y zonas costeras tendrían condiciones más favorables.

La posibilidad de la relevancia del mecanismo de transmisión por aerosoles, incluso de pequeño tamaño, aparte de ser una de las justificaciones más relevantes para que la transmisión del virus pueda verse afectada por las condiciones meteorológicas, tendría implicaciones en las medidas de prevención que se deberían tomar, pensando especialmente en aquellos individuos que pasan más tiempo en contacto cercano con muchas personas y/o en lugares cerrados donde puede haber población infectada. 

El uso de las mascarillas tendría la importante función de prevenir el contagio mediante las gotas relativamente más grandes. Ahora bien, si no tienen capacidad de filtro de partículas o esta es parcial, no podrían prevenir el contagio por inhalación de aerosoles o lo harían parcialmente. De ahí que se recomiende, incluso usándola, procurar mantener la distancia entre individuos siempre que sea posible. Téngase en cuenta que a medida que se aumenta la distancia al emisor disminuye la concentración de aerosoles que puede llegar al receptor. Esto es especialmente importante en espacios cerrados, ya que, en espacios abiertos, en general, la turbulencia del aire favorece, en general, una más rápida dilución.

En este sentido, aparte de las normas higiénicas conocidas, convendría según Lewis (Lewis 2020) evitar las aglomeraciones, reuniones en espacios cerrados y ventilar en vez de recircular el aire para atenuar la transmisión por aerosoles. El sentido común dicta además que, caso de no poder evitar estas situaciones, mantenerlas el mínimo tiempo posible.

El tiempo dirá en que medida el comportamiento del COVID-19 tiene una componente estacional que pueda ayudar a modular el contagio. Las observaciones, bien fundamentadas en unas hipótesis muy razonadas, apuntan a una correlación significativa entre la transmisión del COVID-19 y condiciones meteorológicas frías y secas. En cualquier caso, los especialistas advierten que hay que ser muy cautos, ya que todavía es un virus poco conocido y está atacando a una población no inmunizada.



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