jueves, 30 de marzo de 2023

LA GRAN ESPERANZA DE LOS EMERGENCIONISTAS CLIMÁTICOS: EL NIÑO 2023

 

Después de tres años de predominio de La Niña, parece que hay cambios a la vista en el Pacífico Ecuatorial


El fenómeno conocido como ENSO (El Niño Southern Oscillation) se desarrolla en el Pacífico Ecuatorial, entre Suramérica e Indonesia, alternándose y saltando entre situaciones  de emersión de aguas frías (La Niña) o aguas cálidas (El Niño). Las situaciones intermedias se denominan neutrales. Como es bien sabido desde hace décadas, la atmósfera interacciona con el océano en esas zonas, afectando a los patrones del comportamiento del clima mundial.

Abajo vemos la evolución de la situación actual en superficie, con una salida rápida de la situación de La Niña hacia condiciones de momento neutrales:

https://www.cpc.ncep.noaa.gov/products/analysis_monitoring/enso_update/sstanim.shtml


Viendo lo que ocurre en profundidad se observa la existencia de una lengua cálida (onda de Kelvin) evolucionando hacia la superficie de forma drástica. Las inundaciones recientes en Perú se deben a la emersión del agua cálida sustituyendo a la muy fría, favoreciendo la inyección de humedad en sus costas. 



Como ya he contado en artículos previos, parece haber un predominio de El Niño en las proximidades del máximo solar y de La Niña en las del mínimo. Ahora caminamos hacia un máximo solar en 2025 por lo que las probabilidades de desarrollo de fase cálida aumentan.




El último informe de la NOAA es muy cauto, pese al desarrollo aparentemente rápido del fenómeno, ya que la predicibilidad en estos meses de primavera del hemisferio norte es baja, de forma que solo asegura para el principio de verano que las condiciones evolucionen a neutral:






Aclaremos que para definir la intensidad del fenómeno se consideran anomalías de mas o menos 0,5ºC en la superficie de la zona 3,4 de ese área geográfica, como se especifica en la figura, y más abajo la sucesión de valores de los últimos años en medias trimestrales.




La predicción oficial de la NOAA es de que hay una probabilidad superior al 50% de desarrollo de El Niño a finales del próximo verano:



Esa cautela se apoya en la dificultad del pronóstico, sobre todo en primavera, y en que aunque los modelos dinámicos se decantan por El Niño no ocurre lo mismo con los estadísticos que todavía predicen una situación neutral:



En cualquier caso, hay una clara correlación en la evolución de las temperaturas globales con los eventos cálidos/fríos del Pacífico Ecuatorial. La gran esperanza de los "emergencionistas climáticos" es que un El Niño muy violento rompa el impasse de estos últimos años. 



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