martes, 8 de marzo de 2022

NO ES PUTIN, ES LA LEY DE CAMBIO CLIMÁTICO

 La subida brutal del precio de la electricidad es enteramente el resultado de las leyes totalitarias de cambio climático



Hace menos de un año, en mayo de 2021, se aprobó y publicó la Ley de Cambio Climático gracias al apoyo directo del PSOE y PODEMOS, y también gracias al Partido Popular que se abstuvo. Como es fácil demostrar, la actual crisis de precios de la electricidad (en realidad también de la gasolina) tiene mucho más que ver con el intento de una aplicación absurda de todas las entelequias medioambientales que con la guerra de Putin. En realidad este individuo ha aprovechado la solemne estupidez del comportamiento de los países occidentales generadas por políticas histéricas de la supuesta "emergencia climática".

https://www.boe.es/diario_boe/txt.php?id=BOE-A-2021-8447









 El que sepa aguantar la insoportable lectura de docenas de páginas, escritas en lenguaje oficialista y llena de conceptos que difícilmente aguantarían un análisis lógico, encontrará, no obstante, la constatación de un proyecto de construcción de una sociedad planificada y totalitaria: "cambio necesario en los patrones de crecimiento y desarrollo" que "exige una nueva gobernanza".





Para el que no lo sepa esta ley impone unos objetivos y planificación del uso de la energía que a corto plazo, con un primer golpe en 2030, supone un abandono rápido de la energía derivada del carbón e hidrocarburos. Para ello se prohíbe no solo la explotación sino también la simple exploración de yacimientos de carbón e hidrocarburos. Solo tras una somera exploración se sabe que en zonas del norte de España hay reservas de gas obtenible por fracking para abastecer a nuestro país durante 40 años al menos. En vez de utilizar nuestro recursos nos hacemos depender de países tan fiables como Argelia o Rusia.






En cuanto a la energía nuclear, que no tiene efecto ni cierto ni imaginado, sobre el clima, también se prohíbe el aprovechamiento e incluso la investigación de los yacimientos. Esta misma década se pretende cerrar las centrales nucleares que están en funcionamiento.




Y cabe preguntarse qué hacen los países más importantes del mundo para producir su electricidad. Con datos hasta 2020 China va aumentando su uso del carbón, para un país de 1400 millones de habitantes. Estados Unidos ha ido sustituyendo el carbón por gas natural, en cualquier caso disminuyen el porcentaje de emisión de carbono pero no el uso de fuentes. En cuanto a la India, con sus 1200 millones de habitantes también hace un uso brutal del carbón para producir su electricidad. No hay cambios que sugieran, ni tecnologías que apunten a una sustitución masiva de la producción de electricidad por otras fuentes razonables. La fuente es la Agencia Internacional de la Energía.











En conclusión España está condenada por ley a ser el mascarón proa de todas las políticas ecoprogres absurdas, dentro de un continente europeo desarmado también energéticamente. La paradoja es que mientras dependemos de las exportaciones de gas natural de países que nos amenazan militarmente, nosotros fingimos liderar unas transformaciones que condenan a nuestra economía, mientras las grandes potencias (y casi todo el resto) ignoran cualquier compromiso, como el tratado de Paría. 


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