¿Mas intensidad de los eventos de precipitación por el calentamiento global?: En España exactamente lo contrario
Durante las recientes lluvias intensas en nuestro país, tan habituales en el mes de setiembre, los medios de comunicación no han dejado de cacarear repetidamente la relación de cualquier evento catastrófico con el supuesto calentamiento global, eso sí, ante el silencio académico.
Para combatir la histeria alarmista al servicio de oscuras ideologías e intereses nada mejor que recurrir a los datos. En este caso los datos de precipitación, aunque sujetos a las carencias propias de todas la tomas de datos, tienen la ventaja de que han sido recogidos durante años con similares procedimientos e instrumentación.
Existe un trabajo de 2018, accesible desde internet, basado en el estudio de frecuencias e intensidades de precipitación en toda España:
"Tendencias recientes de los
eventos de precipitación diaria y extrema en España (1950-2012) Roberto Serrano-Notivoli
et al, 2018".
A partir de datos de
precipitación diaria de alta resolución se analizaron las tendencias anuales de
los eventos de precipitación diaria y extrema en España en el período
1950-2012. Se calcularon 12 índices de precipitación diaria y extrema a escala
anual reflejando las intensidades medias y máximas por año, el número de eventos
por encima de umbrales predefinidos y la duración media y máxima de las rachas secas
y húmedas. De todos estos índices se calcularon las tendencias.
La distribución espacial de la
tendencias, en términos generales mostró:
- 1. Ligero incremento en la duración de los eventos de lluvia con especial incidencia en la costa mediterránea
- 2. Tendencia negativa en la precipitación de alta intensidad y positiva en la de baja intensidad, con un comportamiento inverso en el área mediterránea
- 3. Ligera tendencia negativa en la intensidad de eventos concretos
“En relación a la duración de los eventos secos o húmedos,
se observaron tendencias negativas significativas en la longitud máxima y media
de las rachas secas (CDD y CDDm) y un incremento de la longitud máxima y media
de las rachas húmedas (CWD y CWDm)”.
“Estos valores de tendencia contrastan con los de la
frecuencia de los eventos, donde se observó un incremento claro, positivo y
significativo del número medio de días de lluvia (NWD) de 2,4 días por década.
Sin embargo, el número de eventos por encima de 10 y 20 mm (R10mm y R20mm)
obtuvo un valor de tendencia en general negativo, aunque positivo en la franja
mediterránea”. “Considerando el valor promedio de todo el territorio, se
observa un decrecimiento, aunque no significativo”
“Los máximos de precipitación en uno y cinco días (RX1 y
RX5) mostraron en casi todo el territorio una tendencia negativa no significativa…Tampoco
la aportación de la precipitación por encima del percentil 95 (R95rel) resultó
significativa, aunque en general fue negativa”
“En general, los 12 índices mostraron una disminución
generalizada de la duración e intensidad de la precipitación y un incremento de
la frecuencia, especialmente en el número de días de lluvia. Estas tendencias
fueron más acusadas en la franja mediterránea, donde se observaron tendencias
negativas significativas en la duración de rachas secas y la intensidad de los
eventos de lluvia, y positivas significativas en el número de días de lluvia y
en la longitud de las rachas húmedas”.
En conclusión el análisis de los números con los datos disponibles no refleja en las últimas décadas ninguna tendencia hacia valores de intensidad de precipitación más altas como se afirma de forma machacona desde las tradicionales emisoras de alarmismo, así como se conoce que tampoco hay tendencia estadísticamente significativa de la precipitación total que cae en España en el último siglo. No me cabe duda, no obstante, que el estado de desinformación se mantendrá tal cual.
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