A principios de octubre, y pese al acelerón reciente, se está lejos de ser un año de gran actividad
Al pronóstico de mayo, muy alarmista, con previsión de gran actividad y potenciales huracanes muy peligrosos, se sumó la actualización de agosto, casi sin corrección, pese a que el mes de agosto ha sido sorpresivamente de muy poca actividad. Se sigue insistiendo en una actividad con 90% de probabilidades de estar por encima de lo normal y 10% de normal. La predicción abajo. La media se refiere a 1991-2020 y el asterisco indica que la perturbación Kirk está previsto que alcance categoría de gran huracán.
OBSERVADOS
PREVISTO MEDIA 1/09 2/10
CON NOMBRE 17-24 14 4 11
HURACANES 8-13 7 2 6
GRANDES HURAC. 4-7 3 1 3*
La predicción se basa en:
Estamos desde 1995 en las condiciones de base adecuadas para
temporadas de alta actividad para los huracanes atlánticos. Estas incluyen:
temperaturas más altas de la superficie del mar, débiles vientos alisios, y
débiles cizalladuras verticales entre los niveles 200-850 hpa en la zona
llamada MDR (Main Development Region, zona tropical atlántica), además de un
monzón de África Occidental más fuerte. Todas estas condiciones actualmente son
favorables.
Hay que tener en cuenta que, de media, la actividad de las tempestades tropicales en el Atlántico sufre un fuerte pico en la segunda quincena de agosto y la primera de setiembre. Por esto, debería activarse enormemente durante el mes de setiembre alcanzando un número extraordinario de perturbaciones tropicales.
En la climatología media de octubre decrece bastante la actividad, aunque según las previsiones debería ser este año excepcional.
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