Un cambio de patrón meteorológico hace crecer a uno de los más activos glaciares de Groenlandia
El glaciar de Jakobshavn en el oeste de Groenlandia es
conocido por ser el glaciar de más rápida velocidad del mundo descargando
inmensas cantidades de hielo, de la enorme capa que cubre Groenlandia, en la bahía
de Disko. La imagen está
tomada el 6 de junio pasado por el Landsat 8.
Este glaciar se convirtió
en las pasadas décadas en un icono del crioalarmismo por su rápida retirada
hasta que se observó un inesperado avance a partir de 2016, a la vez que ganaba
en espesor. Este invierno ha vuelto a crecer, hecho que se atribuye a un
enfriamiento en las aguas oceánicas adyacentes.
Llama la atención la sorpresa que ha causado en los expertos, sobre todo si tenemos en cuenta que generalmente se atribuye a la Ciencia del clima el conocimiento exacto y perfecto del comportamiento del Sistema Climático. Nada más lejos de la realidad. La interpretación sobrevenida es que "el océano es culpable" ya que el hecho se ha producido por cambios en los patrones meteorológicos que han inducido un descenso de temperaturas del mar adyacente.
Los mapas siguiente muestra los cambios sucesivos en los
tres daños, registrados por un radar/altímetro que muestra incrementos de hasta
30 metros por año. El frente del glaciar está a la izquierda y en los dos
últimos años muestra más un aumento del espesor que avance.
Se relaciona este cambio con variaciones del patrón
climático llamado Oscilación del Atlántico Norte, que ha traído agua fría a la
costa occidental de Groenlandia.
Para los que esté poco al día sobre estos asuntos y les impresione el alarmismo mediático acerca de la temática de la Criosfera, contarles que es un hecho bien conocido que los glaciares pierden hielo y se retiran. Excepto que normalmente se hurta el hecho de que lo llevan haciendo hace unos 200 años, mucho antes de que los niveles de CO2 fueran mínimamente significativos. Por ejemplo esto se puede ver en una de las gráficas del estudio "A data set
of worldwide glacier length fluctuations" de P. W. Leclercq et al, 2014
En el blog de Ed Berry he encontrado el siguiente expresivo gráfico sobre el asunto. Sobran los comentarios. No se puede separar la disminución de los glaciares de la propia evolución climática salida del final de la llamada "Pequeña Edad de Hielo" a principio del siglo XIX. Ese final puede ser simplemente una manifestación más de la propia variabilidad climática, tal vez mezclada en cantidad desconocida con la propia influencia antropogénica. Pero la valoración exacta de la influencia de cada una de los dos variables es imposible de dilucidar.
Muy bien Alejandro. Fantástico artículo.
ResponderEliminarAsí es.
ResponderEliminarDa gusto abrir este blog y ver estos temas, que van contracorriente, contra lo ortodoxo, pero avalado con una humildad y conocimiento dignos de emogio.
Sigue así sin manipulaciones ni intereses políticos.